martes, 7 de julio de 2015

La Caballería Templaria en la batalla de Bannockburn

Los Templarios en el ejército de Robert Bruce

         Según una tradición escocesa, numerosos caballeros templarios –que habían huido de Inglaterra luego de la abolición de su orden– se habrían refugiado en Escocia en tiempos en que el futuro rey, Robert Bruce, intentaba liberar a su país de la dominación inglesa. La rebelión escocesa se había iniciado con William Wallace, pero fracasó por las disputas internas de la nobleza. Muerto Wallace, Robert Bruce asumió el liderazgo y enfrentó al ejército de Eduardo II en la batalla de Bannockburn, librada el 24 de Junio de 1314.



         ¿Qué hay de cierto en esto? Evidentemente no existen documentos de la época que puedan considerarse como fuentes en sentido estricto. Pero hay varios puntos que deben ser tenidos en cuenta respecto de la posible supervivencia templaria en Escocia. El primero de ellos es que, a diferencia de lo que ocurrió en Francia, en donde los templarios fueron tomados por sorpresa y apresados en una  de las operaciones policiales más coordinadas y perfectas que recuerde la historia, la situación fue distinta en Inglaterra, Irlanda y la propia Escocia.

         Desde un principio, Eduardo II se oponía a arrestar a los templarios de Inglaterra a quienes respetaba y tenía en alta consideración. Para cuando la Inquisición lo obligó a cumplir con los arrestos, los templarios habían tenido el tiempo suficiente de escapar y buscar refugio. Los primeros encarcelamientos en Inglaterra ocurrieron en enero de 1308, es decir tres meses después de los ocurridos en Francia. En ese momento la situación con la insurrección escocesa ya se tornaba grave y las preocupaciones del rey Eduardo II estaban muy lejos de la cuestión templaria.[1] Algo similar ocurrió en Irlanda, en donde los templarios poseían numerosas prefecturas y castillos. Algunos fueron apresados en el mes de febrero (apenas treinta de una guarnición calculada en 300 caballeros) y no se conoce que hayan sufrido el mismo martirio de sus hermanos franceses, ni mucho menos. Otro tanto sucedió en Escocia, de modo que es muy probable que las fuerzas combinadas de templarios ingleses, irlandeses y escoceses se hayan reunido el algún lugar en el norte del territorio controlado por los hombres de Bruce. Al fin y al cabo, la mayoría de ellos –guerreros de elite, hábiles políticos y con una vasta red de contactos y recursos– habían tenido cuatro meses para planificar la huida y escapar de la cárcel segura, la tortura y la muerte.

         ¿Pero dónde se reunirían? ¿Existen pruebas de que hayan combatido a las órdenes de Robert Bruce? Aquí el tema se torna más complejo, pero a la vez más interesante, porque si así fuera, explicaría por qué los escoceses estuardistas del siglo XVIII –acorralados por el exilio, y decididos a recuperar la independencia de su país– le daban tanta importancia a aquella fuerza militar templaria que había sido decisiva en la guerra librada por Bruce provocándole una dura derrota a los ejércitos de Eduardo II. También explicaría por qué flotaba en la atmósfera de la masonería escocesa este espíritu de cruzada.

Según se sabe, los ingleses marcharon a la batalla convencidos de que los escoceses no contaban con una fuerza de caballería importante. No cualquier jefe militar podía darse el lujo de contar con caballeros bien pertrechados, y en el caso de Bruce se trataba de un ejército en el que los soldados profesionales eran escasos y había gran cantidad de gente de a pié que se le había unido durante la insurrección. Los ingleses conocían esa falencia en las tropas de Bruce y marcharon seguros y confiados, con un enorme ejército muñido de una importante cantidad de caballeros.

Actualmente se considera que el equipamiento de un caballero medieval, con su corcel de batalla, más al menos dos caballos auxiliares, su armadura, sus pajes etc. equivalía al de un tanque de guerra moderno. En efecto, la caballería medieval tenía el mismo poder y rol de combate que la actual caballería blindada. Era impensable para los ingleses, que el rey Robert dispusiera de los medios para armar una escuadra de caballeros que hiciera frente a la suya. La irrupción de una carga de caballería en medio de la batalla habría descalabrado la estrategia de los jefes militares ingleses, inclinando la victoria del lado de los escoceses. Siguiendo la misma línea del relato, esa caballería que irrumpe por sorpresa, no era otra que la de los templarios escoceses, ingleses e irlandeses que habían puesto sus armas al servicio de Bruce.

De acuerdo a las crónicas de la época y a los actuales estudios, el ejército ingles se presentó a la batalla con cerca de 2.000 caballeros y 15.000 infantes, de los cuales una gran cantidad eran arqueros. Por su parte, los escoceses contaban con un ejército de 6.500 hombres de a pié y 500 jinetes. [2]

Lo sorprendente es que los escoceses ganaron la batalla y masacraron al ejército del rey Eduardo II que debió huir, dejando en el campo miles de ingleses muertos y otros miles de prisioneros. La batalla de Bannockburn resulta todavía un desafío para los estudiosos de la guerra y es considerada una de las más importantes de la historia. Pero más allá de la leyenda -que señala que el jefe templario Pierre D’Aumont irrumpió en el campo comandando una gran cantidad de caballeros templarios y sembrando el pánico entre los ingleses- lo cierto es que no se explica esta derrota sin un factor que, al menos oficialmente, nunca fue reconocido.

Esta teoría fue ampliamente difundida por los historiadores del siglo XIX. Recientemente, Michael Baigent y Richard Leigh han hecho un excelente trabajo de recolección de citas y fuentes entre las cuales hay algunas que vale la pena mencionar.[3]

Charles G. Addison, en su obra The History of the Knights Templar, escrita en 1824, afirma que muchos templarios ingleses continuaron en libertad, habiendo conseguido huir de sus perseguidores eliminando por completo las marcas de su antigua profesión, y que algunos de ellos habían escapado disfrazados hacia las zonas montañosas y yermas de Gales, Escocia e Irlanda.[4]

Otros historiador inglés, Anthony Oneal Haye, escribió en 1865”…nos han dicho que habiendo desertado del Temple, se enrolaron bajo las banderas de Robert Bruce y lucharon a su lado en Bannockburn… La leyenda afirma que después de la decisiva batalla de Bannockburn Bruce, a cambio de eminentes servicios, formó con estos templarios un nuevo cuerpo”.[5]

En tanto que el ya citado Robert Aitken sugiere que “…los templarios encontraron refugio en las filas del pequeño ejército del excomulgado rey Robert, cuyo temor a ofender al rey de Francia habría sido sin dudas superado por su deseo de asegurar el concurso de unos cuantos hombres de armas capaces como guerreros”.[6]

Más recientemente Desmond Sewuard afirmaría que todos los templarios escoceses lograron escapar excepto dos, y que sería muy posible que encontrasen refugio con las guerrillas de Bruce, señalando que, de hecho, el rey Robert nunca ratificó de manera legal la disolución del Temple escocés. Podríamos seguir con una larga lista de historiadores que abonan esta hipótesis.

         La tradición afirma que los templarios hicieron una alianza con Robert Bruce y constituyeron la caballería de su ejército, actuando como un factor sorpresa que no había sido previsto por los ingleses. Como hemos visto, esta teoría parece tener cierto sustento histórico. 



[1] Robert Aitken afirma incluso que los inquisidores debieron actuar con premura y salir de Inglaterra rápidamente dado el poder creciente de Bruce y los preparativos para la guerra. The Knights Templars in Scotland.
[2] Black, Jeremy. (2005). The Seventy Great Battles of All Time. pp. 71–73. Thames & Hudson Ltd.
[3] Baigent, Michael y Leigh, Richard, Masones y Templarios (Madrid, Martínez Roca, 2005) pp. 82-84
[4] Addison, Charles G. Ob. cit. p. 213.
[5] Haye, Anthony Oneal, The Persecution of the Knights Templars (Inglaterra, Thomas George Stevenson, 1865), p. 114.
[6] Aitken, Robert. Ob. cit. p 34. 

1 comentario:

  1. Excelente trabajo, mis felicitaciones.
    Efectivamente, el caso de la Batallada de Bannockburn es un acertijo con un fuerte halo a Caballeros Templarios. Había leído al respecto en un libro titulado Masones y Templarios, de Michael Baigentt y Richard Leigh, quienes ahondan en el tema al señalar evidencias en tumbas en un antiguo cementerio en escocia, con emblemas y signos templarios. En fin, excelente blog también.

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